Cada cierto tiempo escucho estas frases:
“Yo es que creo mucho en estas cosas”
O “Yo no creo en estas cosas”.
Indudablemente ambas frases poco o nada tienen que ver con mi práctica. Podemos creer en la Democracia como norma que rige al colectivo, creer en Dios, o en la vida extraterrestre, o en la bondad humana, pero El Tarot dista mucho de ser una creencia.
El Tarot no es una religión, ni pretende serlo, no hay dogma.
El Tarot es un lenguaje simbólico que emana del inconsciente colectivo. En su conjunto, es una herramienta estratégica que a través de los arquetipos que describe te da pistas, como una suerte de coaching mágico, describiéndote las zonas oscuras y las claras del momento presente y te aconseja como actuar, ver alianzas, enemigos visibles o ocultos, cuales son tus puntos fuertes, tus habilidades para actuar.
Describo al Tarot como el primer experimento de inteligencia artificial.
El Tarot nace en la Italia renacentista, al amparo de la Escuela Neoplatónica que fundan los Medici con el Tarot Visconti-Sforza y se concreta en la Francia ilustrada, donde se graba el Tarot de Marsella. Está lleno de juegos filosóficos y recoge un caudal enorme de mitos llenos de consejos fabulados.
A lo largo de la práctica de estos cinco siglos, las 78 cartas detentan una serie de frases, de tiras de código, que cuando sacamos varias cartas se articulan, sujeto verbo predicado, y dan una respuesta. Una vez más lo más importante es saber preguntarle, hacer la pregunta correcta. La magia queda en lo azaroso de barajar.
Sigo con más frases:
“A ver si lo que dices se cumple”
“A mi me da mucho miedo que salgan cosas malas…” “A ver si eres buena pitonisa y me adivinas…”
No entiendo esta idea generalizada de que el Tarot ve el futuro. Veamos, a veces si salen atisbos de lo por venir, porque determinados acontecimientos presentes invariablemente conducen a un fin, y también a veces te asalta el momento mágico, y de repente te saltas toda lógica y haces un pronóstico. Generalmente salvas el escollo de tu profesionalidad como pitonisa clarividente al leer el mapa del momento presente y dar acertados consejos de cómo actuar ante este. Y realmente he de reconocer que de cuando en cuando, tras una lectura, llega la frase, aquello que dijiste que pasaría, pasó. Pero me quedaré afónica repitiendo la frase de Yoda en Star Wars:
“El futuro siempre en movimiento está”
La baraja de Tarot no augura el futuro, nada está escrito en piedra, y mucho menos nuestro devenir. Constantemente la vida nos pone ante encrucijadas vitales que crean una divergencia en nuestro camino, el Tarot te avisa ante ellas con el Arcano X, la Rueda de la Fortuna, pero cuando pretendes escudriñar cual va a ser el asunto que trae, no hay forma de leer nada. Eso si, describe el encuentro con la encrucijada. Nos ilustra de como actuar ante el nuevo camino que abre. “El hombre propone pero Dios dispone”, dice el refranero.
También me quedaré afónica repitiendo al consultante ante una mala racha que todo lo que le pasó fue el resultado de una mala elección, de un paso en falso, y que si quieres que pasen cosas diferentes, deberás de actuar de otro modo. No le puedes echar la culpa al Karma, si has metido la pata, arréglalo. Debemos responsabilizarnos de nuestros actos. Ese es el primer paso hacia la libertad.
“La locura es: seguir haciendo lo mismo y esperar resultados diferentes”
Albert Einstein
Entonces ¿qué debemos esperar de una lectura de cartas de Tarot?
Una buena sesión de cartas te servirá para obtener el mapa de tu momento vital, ver que aspectos de tus habilidades están bloqueados y como soltar esos nudos gordianos. Te dará pistas valiosas de cómo actuar ante esos bloqueos y podremos construir estrategias para que tu vida sea mejor, más feliz, más libre, más exitosa, realmente, sin saltarte tus deberes para contigo mismo y los demás.
La Gran Tirada, basada en la disposición de la carta astral, 12 casas, te describe como estás en el momento actual, hacia donde vas. Cuál es tu relación con el universo material, social, profesional, en qué momento están los tuyos, tu vida amorosa, tu intelecto, tu yo viajero, tu capacidad de disfrute, tu grado de estrés, incluso tu relación con la Ley, la norma que rige al colectivo. Dónde quedaron tus planes, tus creencias infantiles, las creencias que te dieron tus mayores. Cómo anda tu peor enemigo interior, cuan larga es su sombra. Cuales son tus alianzas, tanto externas como personales. Y te ayuda a construir estrategias para encarar los desafíos que tienes ante ti.
La Gran Tirada te da unas pistas magníficas. Tras obtener este mapa, luego viene la parte de preguntas concretas que tratamos construyendo frases compuestas por una o varias cartas hasta que se esclarecen todos los aspectos que te condujeron ante la baraja. Tras una sesión sentimos que de nuevo estamos al frente de nuestra vida, con el mapa claro, y que no hay problema que se nos resista. Todo tiene solución, y el gran enemigo es el Miedo que a veces nos sofoca. El miedo mata la mente. Cuando lo superamos, somos imbatibles e incluso, quizá estemos en paz.