Considero fundamental establecer en la práctica y en la enseñanza del Tarot, un código ético.
La Justicia, el Arcano VIII, virtud de lo racional, nos recuerda que la humanidad pregonó su civilización a través de códigos legales a los que debían ceñirse tanto los príncipes como los mendigos.
Trémulo y vulnerable suele acudir el consultante a la pitonisa. Para preservar su confianza en nuestro hacer y cuidar su fragilidad, debemos ser firmes en nuestra conducta.
Aquí va el mío. Encontrarás al pie de esta web un enlace para descargártelo.
1. EL TAROT ES UN JUEGO DE CARTAS. Esto hay que pregonarlo constantemente, consultar una pitonisa es solo una opción más al preguntar opiniones ajenas en tiempos de crisis. El mensaje mágico es un mensaje más. Por esto es importante fabular futuros posibles. Al convertir al consultante en héroe de su fábula, le estáis ayudando a reengancharse a la magia de su propia vida. Le devolvéis las riendas. Puede manejarlas, estar al frente de su destino, nada está escrito en piedra. El futuro siempre está en movimiento y el Tarot a veces nos lleva a equivocarnos.
2• N0 JUZGUÉIS. Cualquier debilidad del alma humana debe ser escuchada y comprendida, debemos aconsejar pero sin reprochar, no juzgar jamás. Hay que comprender al consultante y ayudarle a comprenderse. Las apariencias engañan, leed las cartas, no las apariencias.
3• CUIDAD LA INFLUENCIA. Una lectura es un acto mágico, y los actos mágicos reprograman la mente. Hay que ser responsables, no hacer predicciones-maldiciones o perjudicar a terceros con nuestra “interpretación”.
Sed muy conscientes de la potestad que os está dando el consultante, la capacidad que tiene la pitonisa de influir en su vida. Esta es la máxima responsabilidad. Nunca la uséis, por muy tentadas que os sintáis, en vuestro beneficio. Hay que evitar crear realidad con nuestro mensaje.
4• NO LEÁIS NUNCA A MENORES. Carecen de experiencia vital y la lectura puede impactarles y determinarles totalmente.
5• LA VÍA DEL LIBRE. Insistiremos en la vía del Loco, del libre, qué haría el Loco es la pista siempre. Queremos que el consultante pueda acceder a la elección real en la Estrella. Y lo soñado es el Mundo, como equilibrio de las cuatro inteligencias que permiten un renacer vital y espiritual. Las virtudes del Tarot son Justicia, Fuerza y Templanza. Instaremos al consultante a responsabilizarse de los actos, tener coraje y al equilibrio de la moderación. Discerniremos entre Moral (mudable con los tiempos) y Ética. Observaremos el diálogo entre la Ética y la Estética. El Ermitaño nos hablará de la luz que ilumina al consultante desde la infancia, el Mago, de sus dones. Aconsejaremos si hay que romper con los dictados del Papa o no. Hay dos fuerzas elementales que interrelacionan los cuatro elementos, amor que genera y crea y odio que separa y destruye. No lo olvidéis. Siempre habrá opciones, la vida siempre se abre camino. No seáis deterministas. El camino lo debe elegir el consultante, no vosotras. A menudo le pondréis tareas para que retome el control. Tened mano izquierda a la hora de transmitir las dificultades de la vida. Casi todo se puede decir con tacto. Procurad el mensaje positivo y abierto.
6• SABER CALLAR, a veces es mejor no saber para poder obrar en libertad. Veréis cosas que habréis de callar, aun a costa de vuestro prestigio. No anunciar cosas fantásticas para propiciar que se puedan cumplir. Vosotras lo sabréis. La prudencia es una virtud que no sale en el juego, pero que si debe tener la que interpreta el juego. Lo que podemos hacer es preparar al consultante para que tenga herramientas para manejar lo que, a veces, no se debe decir: el amor que llega, el amor que rara vez dura para siempre, la muerte, etc. No predigáis sobre la salud o la infidelidad, mandad al médico o al detective.
7• ENAMORAOS DEL CONSULTANTE en cada sesión, solo así lo convertiréis en héroe y la sesión le servirá para recuperar las riendas de su vida. Tiene que salir de la sesión montado en el Carro, con los fantasmas bajo control y la armadura brillante. La pitonisa debe recuperar la figura del chamán, el maestro que domina el Caos. Sed honestas, no leáis a quien os caiga mal.
8• MALDICIONES Y MALDITOS. Hay gente empeñada en tener mal de ojo, son personas que no quieren asumir las consecuencias de sus actos improcedentes del pasado. Sed firmes, hacédselo entender.
Hay gente testaruda que no quiere dar su brazo a torcer y se empeñan en el error, no quieren crecer, pretenden obtener resultados diferentes sin modificar ninguna de sus conductas, reclaman al mago que manipule la realidad a su antojo, incluso. Siempre buscan culpables. Deshaceos de ellos lo antes que podáis. Las cartas nunca permiten ser forzadas, así dan mensajes falsos.
9• FRECUENCIA. Normalmente se pueden hacer una o dos lecturas al año. Excepcionalmente, cuando haya circunstancias extraordinarias que hayan conmocionado al consultante o cuando los guerreros se preparen para la batalla, podréis ayudar de nuevo al consultante con los consejos de los naipes, advirtiendo siempre que son un juego. Evitad a los adictos, no les podréis ayudar y os desgastarán. Mandadlos al psiquiatra o al psicólogo. Si no os importa, no os molestan y queréis lucraros con ellos, quemad este código y olvidaos de mi.
No sois terapeutas, sois sacerdotisas de Apolo 😉
10• RETRIBUCIÓN. Leer es agotador y hay que restablecer el equilibrio, los consultantes pueden ser desconsiderados, tenéis que hacer respetar la energía que les dais. Una sesión larga, acaba cuando no quedan naipes. Ahí debéis parar. No debéis volver a barajar, la baraja tiene un orden en sus 78 cartas para cada persona, esa debe ser la medida. Es importante parar a tiempo. Es necesaria la retribución energética, una terapia, un regalo, una comida, dinero. Lo ideal sería ser como Robín Hood, cobrar en función de la clientela.
11•PREPARACIÓN. Nunca leer si estáis impactadas por algún suceso personal, bajo los efectos de alcohol, de una digestión pesada, con resaca… Yo suelo comer pasta o legumbre antes de leer y echarme un sueño. Me gusta empezar la sesión casi en duermevela. Purificaos un poco, lavad vuestras manos, asentad bien la energía en vuestra columna vertebral, desbloquead la nuca, abrid vuestra fontanela. Bebed agua durante la sesión, el agua es un gran conductor. Somos agua. Tras la sesión comed patatas si estáis agotadas, los tubérculos dan tierra, bebed algo de alcohol para cortar el hilo creado, dad un paseo con brío.
12• DISCRECCIÓN. Una pitonisa es como un confesor. La identidad del consultante, tanto si es amigo, extraño o personaje público y lo que surja en la sesión, debe quedar ahí. Esto es fundamental. Olvidadlo todo según salga por la puerta.